miércoles, 4 de abril de 2007

Reflexiones sobre economía

Debo empezar confesando mi absoluta ignorancia en asuntos de economía, ignorancia que aumenta -si cabe- en lo que se refiere a temas económicos que rozan la política. Por ello, no quisiera yo hoy -ni por cuanto hay- meterme a hablar de lo que desconozco o, cuando menos, de lo que no conozco más que superficialmente.
Pero uno, en su ignorancia, no puede por menos de hacer algunas reflexiones económicas, sin salirse, claro es, de lo más simple, obvio y elemental. Por ejemplo: si un señor se gasta en regalos a los amigos o a las amigas parte de su paga y por otra parte tiene la casa llena de goteras y la despensa vacía, uno, en su ignorancia, piensa que el tal señor es -cuando menos- un caradura, y no faltará quien lo llame sinvergüenza e irresponsable.
Digo esto porque a uno, en su ignorancia económica y en su inopia política, se le hace difícil de entender el grandonismo de los que nos administran, cuando regalan miles de millones (que no son suyos, claro está, sino del sufrido pueblo español) a una parte de la nación nicaragüense y gran parte - supongo- de la guineana, mientras los cauces de algunos de nuestros ríos son a todas luces insuficientes y nuestras carreteras constituyen la mayor causa de mortalidad en jóvenes, por encima de enfermedades como e1 cáncer, y e1 SIDA.
Bien está ayudar al que lo necesita, pero ¿es que los hortelanos de Murcia no lo necesitan, y tan perentoriamente como el que más?
Debe de ser mi profunda ignorancia económica la que me impide comprender que se destinen miles de millones a lejanos dictadores extranjeros cuestionados en sus propios países, mientras los sufridos campesinos de Levante, de quienes proviene parte de esos dineros, se ven obligados a colocar, día y noche, sacos terreros en las márgenes del río, para no perder su humilde casa, su incipiente cosecha o su propia vida.
Debe de ser mi recalcitrante egoísmo el que mi impide comprender que regalemos miles de millones a países que poco o nada nos han ayudado y que se envíen “casi 500 millones y 115 casas prefabricadas” a una de las zonas de España que más contribuye a nuestra riqueza agrícola y a nuestras exportaciones.
Ahora que tan de moda están las encuestas y los sondeos de opinión, sugeriría esta pregunta:
-¿No cree usted que los miles de millones enviados a Guinea y a una parte de Nicaragua hubieran estado mejor gastados realizando o acelerando las obras de encauzamiento de ríos en Levante? '
Resulta pintoresco el análisis de un político, que ha dicho que como tenemos tales cifras de muertos en carretera, unas inundaciones que sólo han matado a 12 personas no le parecen asunto peligroso.

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