Con lo que cobran los ministros y las pensiones que les quedan cuando se retiran creo que podrían ser un poco más cuidadosos con lo que dicen y muy especialmente con cómo lo dicen. Una de las últimas perlas la soltó hace poco el de Interior cuando dijo que iba a hacer controles de velocidad “más exhaustivos” y controles de alcoholemia también “más exhausivos”. Pues por muy ministro que sea y póngase como se ponga, nunca logrará el Sr.Alonso hacer controles más exhaustivos. O son exhaustivos, es decir que se ha agotado todos los medios para hacerlos, o no lo son, es decir que se estaban haciendo de modo incompleto. No se puede ser más exhaustivo o menos, como no se puede estar más muerto o menos muerto.
Probablemente el señor ministro simplemente quería decir que pensaba hacer un mayor número de controles. De lo contrario estaría admitiendo que los controles que se venían haciendo eran incompletos o que faltaban algunos detalles por hacer, puesto que no eran exhaustivos. Es difícil entender por qué no dice simplemente”vamos a hacer más controles” o bien “vamos a hacer controles más frecuentes”. Estas frases más sencillas e inteligibles les parecen a los políticos indignas de sus sueldos.
Ahora está de moda el lenguaje alambicado y lleno de barbarismos, especialmente entre los políticos. Las películas ya no se ven, sino que se “visionan” o se “visualizan”, ya no hay plantillas sino “staff”, las empresas no tienen personal, sino “recursos humanos” , en vez de existencias hay “stock” y algunos actos personales no se hacen en la intimidad, sino con “privacidad”, horrible palabro este último que ni siquiera existe oficialmente. Esperemos que el señor ministro sea receptivo y simpatice con el lenguaje castizo. Un poco de sencillez nunca viene mal. Tampoco demasiado, en esto no hace falta ser “exhaustivo”.
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